Sucede que a los hombres se los llama, impropiamente, razonables. Sin embargo, no son razonables aquellos que han estudiado los discursos y los libros de los sabios de un tiempo; pero aquellos que tienen un alma razonable, y que están en condiciones de discernir entre lo que está bien y lo que está mal, aquellos que huyen de todo lo que es maldad y que daña el alma, mientras que se adhieren solícitamente a poner en práctica todo lo que es bueno y útil al alma, y hacen todo esto con mucha gratitud respecto de Dios, solamente estos últimos pueden ser llamados, en verdad, hombres razonables. (Advertencias Sobre La Índole Humana y La Vida Buena; Filokalia)Estas palabras dicha allá por el siglo IV, tiene hoy plena vigencia. Y es que nuestro pequeño mundo occidental ha perseguido el conocimiento tecnológico, la teoría filosófica, las leyes sistematizadas,... y se ha olvidado de ese Concimiento que se adquiere y reside en el corazón. O, hablando en castellano viejo: obras son amores y no buenas razones.
domingo, 23 de octubre de 2011
Animales racionales
Decía Antonio el Ermitaño:
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