HESICASMO

Bienvenidos. Este es un blog dedicado a la espiritualidad y, en especial, al hesicasmo, la vía mística de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
En la columna de la izquierda se incluyen textos sobre el hesicasmo (fundamentos, práctica, historia, biografías, frases para meditar, etc.) En la columna de la derecha se presentan mis meditaciones y aportaciones, modestas aportaciones, a esta vía mística. Os agradeceré vuestros comentarios que, a buen seguro, nos harán bien a todos.
La Paz de Dios sea con todos nosotros.

¿Ya os habéis olvidado?

HAITI: más de 500 muertos por cólera. El Servicio Andaluz de Salud está preparando atención médica, aquí en España, para varias decenas de niños haitianos. Algunas ONG's están recogiendo fondos para cubrir los gastos de viaje y estancia de padres e hijos. Y ¿tú que haces?

domingo, 6 de marzo de 2011

Bendita imperfección

Está de moda hablar de la excelencia. Los gurús del marketing, de la organización de empresas e incluso de la espiritualidad nos ponen la zanahoria de la excelencia delante de las narices. Pero, ¿alguien puede decirme qué es la excelencia? A mí me suena a algo así como quimérica perfección. Poner el punto de mira en la perfección, o sea perseguir la excelencia, es algo así como andar subiendo una montaña cuya cumbre no se ve. Porque ¿qué es un ser humano perfecto? ¿No será, por casualidad, el mismo ser humano de siempre, con sus virtudes y sus defectos, con su debilidad y con su fuerza, con su frialdad y su calidez,…?


Porque, digo yo, si Dios hubiese querido hombres “perfectos”, no le habría costado mucho hacerlos. Claro que, tal vez, para esos gurús de pacotilla Dios sea imperfecto.

Los pequeños grandes hombres y mujeres que en el mundo han sido y serán han sido imperfectos porque ahí, precisamente ahí, está el interés de esta vida. La experiencia que se pretende tengamos en esta vida no es la de la perfección, esa ya la teníamos junto a Dios, sino la de debatirnos en un mar de dudas, de imperfecciones, de contradicciones y de sentimientos encontrados. Y, en ese mar, ser capaces de encontrarnos con nosotros mismos, con Dios.

Recuerdo muchas veces la zarzuela “La rosa del azafrán” y en concreto el estribillo de La Espigadora: “Ay, ay, ay, ay, que trabajo nos manda el señor levantarse y volverse a agachar (…)”. No difiere mucho, pero es más ameno, de similares frases dichas por sesudos filósofos o por respetables santos. La vida es caer y levantarse y volver a caer y lo digo lejos de ese pesimista pensamiento del “valle de lágrimas”. Me gusta equivocarme porque eso me enseñará, si soy capaz de ver entre las lágrimas que ocasionen mi caída. Ser perfecto en términos absolutos, ya lo soy cuando estoy junto a Dios, pero dicho en este mundo no deja de ser una patraña más de los que ansían controlar a los demás. Quiero ser un perfecto humano imperfecto. Quiero manifestar mis sentimientos, llorar cuando toca llorar y reír cuando toca reír, irritarme cuando la injusticia ronda mi balcón y dormirme seráficamente cuando ha pasado la tormenta, quiero, en fin, vivir y no quiero, ni puedo, permitir que nadie me robe la experiencia de vivir bajo el señuelo de una excelentemente estúpida perfección.

1 comentario:

  1. Comparto plenamente tus palabras. En una ocasión leí en un escrito, no me acuerdo donde, lo siguiente: "....entonces conocerás a Dios con su propio conocimiento, sabrás de Él lo que Él mismo sabe de sí". Esto fue para mí como una especie de liberación. Comprendí que es Él quien vive, quien trabaja, quien respira, quien llora, quien ríe...quien, en fín, ama realmente. Es el único que puede hacerlo. Yo nada más soy su pequeña herramienta. Saber ésto, no me anula como persona individual, por el contrario. Yo solo vivo para "mirarle" en la vida y adorarlo.
    Recibe un abrazo, hermano.

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