HESICASMO

Bienvenidos. Este es un blog dedicado a la espiritualidad y, en especial, al hesicasmo, la vía mística de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
En la columna de la izquierda se incluyen textos sobre el hesicasmo (fundamentos, práctica, historia, biografías, frases para meditar, etc.) En la columna de la derecha se presentan mis meditaciones y aportaciones, modestas aportaciones, a esta vía mística. Os agradeceré vuestros comentarios que, a buen seguro, nos harán bien a todos.
La Paz de Dios sea con todos nosotros.

¿Ya os habéis olvidado?

HAITI: más de 500 muertos por cólera. El Servicio Andaluz de Salud está preparando atención médica, aquí en España, para varias decenas de niños haitianos. Algunas ONG's están recogiendo fondos para cubrir los gastos de viaje y estancia de padres e hijos. Y ¿tú que haces?

sábado, 4 de septiembre de 2010

Nuestro verdadero tesoro

Os traigo hoy a consideración tres lecturas que nos orientarán en nuestra búsqueda. La primera nos habla de nuestras limitaciones como seres humanos, como criaturas de este mundo. Nos habla de nuestra incapacidad como tales de conocer a Dios. Y, sin embargo, nos recuerda que Dios deposita en nosotros una parte de su Sabiduría, la suficiente para “ser salvados”.


En la segunda, el propio Cristo nos recuerda la importancia de despegarnos de los aspectos formales de la vida. Enfrenta nuestra calenturienta mente a la ruptura con “valores” heredados, colgados de nuestros genes, como son el “amor familiar” o el aprecio por la propia vida para conseguir encontrar el verdadero camino o, si queremos, para ser discípulos suyos en su Conocimiento.

Finalmente, Juan Casiano, nos advierte de las sutiles trampas que nos pueden acechar en este proceso de renuncia. Muchos caemos en el error de creer que la renuncia a las grandes querencias materiales ya nos pone en el disparadero de la salvación. Craso error. Ni la salvación se alcanza de golpe, ni la mera renuncia nos salva. No vale con actos aislados, por grandes o enormes que sean y por mucho que los demás nos los alaben. Es preciso una actitud de renuncia extensa e intensa: nada nos pertenece, todo es de este mundo; nada tenemos, nada poseemos, solo somos. Esta es la pureza de corazón que nos dice Juan Casiano hemos de perseguir y, mutatis mutandis, ¿qué hace el corazón sino amar? ¿Qué es el Corazón sino el motor de la Vida incluso en la vida?

En verdad os digo que es más fácil escribirlo que hacerlo. Por eso nos advierte Cristo de que es necesario evaluar nuestras fuerzas, ser conscientes de ellas, buscar los refuerzos necesarios, antes de empezar nuestra tarea.

En el libro de la Sabiduría (9,13-18.) podemos leer

¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o hacerse una idea de lo que quiere el Señor? Los pensamientos de los mortales son indecisos y sus reflexiones, precarias, porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma y esta morada de arcilla oprime a la mente con muchas preocupaciones. Nos cuesta conjeturar lo que hay sobre la tierra, y lo que está a nuestro alcance lo descubrimos con esfuerzo; pero ¿quién ha explorado lo que está en el cielo? ¿Y quién habría conocido tu voluntad si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu? Así se enderezaron los caminos de los que están sobre la tierra, así aprendieron los hombres lo que te agrada y, por la Sabiduría, fueron salvados".
En el Evangelio de hoy (Lucas 14,25-33), Cristo nos dice:

Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: "Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Decía Juan Casiano, allá por el siglo V

Muchos que, por seguir a Cristo habían menospreciado fortunas considerables, cantidades enormes de oro y plata y magníficos dominios, después se dejaron turbar por una lima, por un punzón, por una aguja, por una pluma de escribir... Después de haber distribuido todas sus riquezas por amor a Cristo, conservan su antigua pasión y la ponen en cosas vanas y se encolerizan fácilmente por defenderlas. No teniendo la caridad de la que habla san Pablo su vida está marcada por la esterilidad. El bienaventurado apóstol previó esta desdicha: «Podría repartir en limosnas todo lo que
tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve», dice (1C 13,3). Es una prueba evidente que por el mero hecho de haber renunciado a todas las riquezas y despreciado honores, la perfección no se alcanza de golpe si no se une a ello la caridad que el apóstol nos describe bajo diversos aspectos. La perfección se encuentra solamente en la pureza de corazón. Porque rechazar la envidia, el creerse más que los demás, la cólera y la frivolidad, no buscar el propio interés, no complacerse en la injusticia, no llevar cuenta del mal, y todo lo demás (1C 13,4-5): ¿acaso es otra cosa que ofrecer continuamente a Dios un corazón perfecto y puro y guardarlo indemne de cualquier movimiento de pasión? La única finalidad de nuestras acciones y deseos será, pues, la pureza de corazón.

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