Yo digo siempre que el amor comienza en casa. Lo primero es vuestra
familia y después vuestra ciudad. Es fácil pretender amar a los que están
lejos, pero mucho menos fácil es amar a los que viven con nosotros o muy
cerca. Desconfío de los proyectos impersonales porque lo único que cuenta
es cada persona. Para conseguir amar a alguien es necesario estar cerca de
ella. Todo el mundo tiene necesidad de ser amado. Cada uno de nosotros
tiene necesidad de saber que es alguien para los demás y que es de un valor
inestimable a los ojos de Dios. Cristo dijo: «Amaos los
unos a los otros como yo os he amado». Y dijo también: «Cada vez que lo
hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt
25,40). Es a él a quien amamos en cada pobre, y cada ser humano en la
tierra es pobre en alguna cosa. Dijo: «Tuve hambre y me disteis de comer.
Estuve desnudo y me vestisteis » (Mt 25,35). Siempre recuerdo a mis
hermanas y a nuestros hermanos que nuestra jornada está compuesta de
veinticuatro horas con Jesús.
Teresa de Calcuta (1910-1997),
DEDICADO A mi madre, a mi mujer y a todas las madres que nos enseñan por donde empieza a practicarse el amor.
sábado, 1 de mayo de 2010
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