HESICASMO

Bienvenidos. Este es un blog dedicado a la espiritualidad y, en especial, al hesicasmo, la vía mística de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
En la columna de la izquierda se incluyen textos sobre el hesicasmo (fundamentos, práctica, historia, biografías, frases para meditar, etc.) En la columna de la derecha se presentan mis meditaciones y aportaciones, modestas aportaciones, a esta vía mística. Os agradeceré vuestros comentarios que, a buen seguro, nos harán bien a todos.
La Paz de Dios sea con todos nosotros.

¿Ya os habéis olvidado?

HAITI: más de 500 muertos por cólera. El Servicio Andaluz de Salud está preparando atención médica, aquí en España, para varias decenas de niños haitianos. Algunas ONG's están recogiendo fondos para cubrir los gastos de viaje y estancia de padres e hijos. Y ¿tú que haces?

domingo, 28 de marzo de 2010

El cocido y la espiritualidad

El cocido es una de esas comidas que ha servido y servirá para alimento de muchas y muchas familias del área mediterránea, aun dentro de su variedad según el área cultural y geográfica en que nos movamos.

Dentro de mi nulidad como cocinero que espero sepáis disculpar, me referiré al cocido extremeño, porque me gusta, aunque solo sea porque es el que maravillosamente prepara mi mujer. Sin entrar en detalles, el cocido incluye garbanzos, carne, chorizo, morcilla y tocino. Todo ello con un caldo en el que está presente el pimentón de La Vera, la famosa comarca cacereña, donde decidió transitar a la otra vida el Emperador Carlos.

A ninguno de nosotros se le ocurriría quitarle los garbanzos y decir que es cocido. O suprimir la carne y el chorizo por eso de ser vegetariano y seguir diciendo que habíamos comido cocido. O suprimir el caldo con su pimentón. Bien, pues lo mismo pasa con la espiritualidad.

Muchos de nosotros caemos en la tentación de ser mejores. “¿Tentación?”- me preguntaréis. Pues sí, tentación. Queremos desarrollar nuestra consciencia hasta el máximo grado que podamos. Queremos la unidad con Dios. Queremos la perfección. Pero nos olvidamos que, si queremos comer cocido, tiene que ser, como dicen en Andalucía, “con todos los avíos”. Aspirar a la perfección en la tierra no puede ser nunca olvidarse de la tierra. No podemos vivir nuestra experiencia, la que Dios nos ha encomendado, viviendo embobados en Dios, porque entonces habremos perdido la oportunidad de aprender de esta vida. Habremos vivido, sencillamente, otra vida diferente de la que nos tocaba vivir. Nicodemo el Hagiorita nos muestra como la “unidad” que buscamos es, a semejanza de la Santísima Trinidad, el funcionamiento parejo y coherente del espíritu, del verbo interior y de la voluntad.

Así, pues, “sed perfectos, como vuestro Padre es perfecto”, esto es en la unidad del cuerpo, del alma y del espíritu. Como un cuerpo no lo podéis desmembrar, sin provocar su muerte, así tampoco, podéis separar el espíritu del cuerpo y del alma.

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