Pensaba daros las “notas” de vuestro examen de días atrás, sin embargo Algo me ha impelido a realizar esta acción de gracias.
Quiero dar las gracias a todas las madres que en este mundo han sido, precisamente por eso, por haber tenido la valentía de haberlo sido.
Quiero darle las gracias, en primer lugar, a la mía porque un día aceptó, junto con mi padre, el tremendo desafío y sacrificio que suponía, supone y supondrá, traer al mundo un hijo; por el esfuerzo continuado de ambos por sacarlo adelante; en fin, por todo lo que por mí han hecho.
También quiero darles las gracias a mis suegros por haber traído al mundo a mi mujer y a sus hermanos, porque entre todos hemos sido capaces de crear el entorno necesario para la venida y desarrollo de nuestros hijos.
Y también debo dar las gracias a todas esas madres de las buenas personas que ha habido, hay y habrá, por todos esos momentos tan buenos que nos han hecho pasar sus hijos, por la ayuda que éstos nos prestan a diario, aunque solo sea con su presencia. Gracias a las madres de mis, más que amigos, hermanos, que no voy a nombrar porque lo saben, porque no cabrían en la relación y porque sería tan torpe que me olvidaría de alguno.
Y también quiero dar las gracias a aquellas madres y padres que vieron morir a sus hijos víctimas de los males de este mundo, réplicas humanas de aquella divina Virgen de los Dolores.
Pero también quiero dar las gracias a aquellas madres y padres que, sin saberlo, trajeron al mundo enfermos de cuerpo o de alma; a aquellas madres que vieron a sus hijos desgarrarse en la tiranía de la droga, en la prostitución, en el latrocinio o en la barbarie más denigrante, porque me permiten encontrar a Dios en los lugares más insospechados, porque me han ayudado a desestimar lo aparente y lo superficial, a pesar de que mis defectos, aún hoy, me hacen sobreestimar los de los demás, ocultándome la presencia de Dios en ellos. Es más debo dar las gracias a las madres de aquellos que han tiranizado al mundo y que hoy lo tiranizan, vistiéndose incluso con la toga de la respetabilidad, porque ponen a prueba mi capacidad de amar incluso a los que dicen odiarme.
Y, para terminar, quiero dar las gracias a aquellos que defienden el aborto, porque me muestran la debilidad del ser humano que es capaz de fagocitar sus propias entrañas en el colmo de la locura; porque me muestran de lo que es capaz nuestra parte material cuando decidimos olvidarnos de nuestra otra parte; porque aun creyendo que van a destruir la Vida la están consolidando; porque, si el egoísmo de transmite de padres a hijos, la futura Humanidad será muy dadivosa; porque el movimiento pro-aborto tendrá los días contados. Por todo y a todos: ¡Gracias!
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario