HESICASMO

Bienvenidos. Este es un blog dedicado a la espiritualidad y, en especial, al hesicasmo, la vía mística de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
En la columna de la izquierda se incluyen textos sobre el hesicasmo (fundamentos, práctica, historia, biografías, frases para meditar, etc.) En la columna de la derecha se presentan mis meditaciones y aportaciones, modestas aportaciones, a esta vía mística. Os agradeceré vuestros comentarios que, a buen seguro, nos harán bien a todos.
La Paz de Dios sea con todos nosotros.

¿Ya os habéis olvidado?

HAITI: más de 500 muertos por cólera. El Servicio Andaluz de Salud está preparando atención médica, aquí en España, para varias decenas de niños haitianos. Algunas ONG's están recogiendo fondos para cubrir los gastos de viaje y estancia de padres e hijos. Y ¿tú que haces?

martes, 23 de agosto de 2011

¿Sueños o realidades?

Allá en el siglo XVIII, un erudito, el Marqués de Condorcet, se preguntaba si habría esperanza de llegar al “auténtico perfeccionamiento del hombre”. La respuesta, su respuesta, era positiva y para ello se apoyaba en “la observación de los progresos que han alcanzado por ahora las ciencias y la civilización.”


No dejaba de ser una declaración de buena esperanza. Buena esperanza, aparentemente al menos, fallida a la vista de las dos Guerras Mundiales; el innumerable histórico de guerras y conflictos que ha habido desde entonces; de la violencia de que se impregna, día a día, nuestra convivencia hasta en las cosas más nimias; en la corrupción de nuestros políticos y de la sociedad en general; en el abandono, cuando no en la agresión, a la Madre Tierra; etc.; etc.

Dice el Kybalion: “Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.” Y así ha funcionado el mundo. Es posible que en estos dos siglos pasados desde que Condorcet se preguntara y se respondiera tan esperanzadoramente, el péndulo de la historia se haya desplazado hacia la siniestra. Ello no es malo, simplemente es necesario, pero llega el momento en que debemos aportar nuestro grano de arena para que el péndulo, la Humanidad, se desplace hacia la diestra y, si es posible, que lo es, el péndulo no solo oscile, sino que llegue a dar la vuelta y luego otra y otra más. Y es posible porque ello no contradirá la ley del Kybalion, ya que el movimiento seguirá siendo oscilatorio aunque habrá cambiado de forma, habrá cambiado de “dimensión”.

Tras este devaneo filosófico, recapacitemos sobre qué es lo que hemos hecho no tan bien como debiéramos. Para ello nos apoyaremos ahora en Kant. Y en este sentido nos interesa destacar la concepción que tiene de la dinámica del perfeccionamiento humano que se basa, por un lado, en el progreso de la ciencia y de la técnica y, por otro, en la moralidad y en las estructuras socio-políticas. He aquí nuestro fallo: la Humanidad se ha venido centrando, sin perjuicio de que simultáneamente haya habido importantes logros fundamentalmente sociales y políticos, en el avance de la ciencia y de la técnica. Veo al Hombre ahíto de tecnología, engreído en su genética, pero hambriento de fundamentos morales, éticos, amorosos. En este sentido, no puedo resistirme a citar al profesor Menéndez Ureña al hilo de un comentario suyo sobre una obra de Kant. Éste, Kant, concibe el progreso de la Humanidad como una superación paulatina de las servidumbres que la naturaleza hostil, tanto interna como externa, impone al Hombre y asegura el citado profesor: “conquistar la naturaleza externa, librarse de sus servidumbres, significa ponerla cada vez más al servicio del hombre mediante el desarrollo de la ciencia y de la técnica, mediante el trabajo, incrementando así el bienestar material. Conquistar la naturaleza interna, librarse de sus servidumbres, significa avanzar, mediante el perfeccionamiento de las instituciones políticas y económicas que regulan la convivencia humana, y mediante la conversión moral paulatina de los individuos, hacia un estado de paz social en el que la guerra y la represión hayan dado un paso definitivamente a la concordia, a la libertad, a la justicia.” Creo que queda meridianamente claro, gracias a estos dos pensadores, que el progreso de la Humanidad debe apoyarse en esa superación de servidumbres, internas y externas, que la Naturaleza trata de imponer a todas sus criaturas, en particular al Hombre. De nada nos vale poseer la tecnología adecuada para fabricar aviones si no poseemos la ética suficiente para no usarlos en la guerra.

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