HESICASMO

Bienvenidos. Este es un blog dedicado a la espiritualidad y, en especial, al hesicasmo, la vía mística de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
En la columna de la izquierda se incluyen textos sobre el hesicasmo (fundamentos, práctica, historia, biografías, frases para meditar, etc.) En la columna de la derecha se presentan mis meditaciones y aportaciones, modestas aportaciones, a esta vía mística. Os agradeceré vuestros comentarios que, a buen seguro, nos harán bien a todos.
La Paz de Dios sea con todos nosotros.

¿Ya os habéis olvidado?

HAITI: más de 500 muertos por cólera. El Servicio Andaluz de Salud está preparando atención médica, aquí en España, para varias decenas de niños haitianos. Algunas ONG's están recogiendo fondos para cubrir los gastos de viaje y estancia de padres e hijos. Y ¿tú que haces?

sábado, 17 de julio de 2010

Evagrio el Monje (4)

Evagrio continúa analizando el comportamiento humano entre la virtud y la bestialidad, que así llama a la rendición humana ante la tentación, sirviéndose para explicarlo de la figura de los demonios.
“Me parece pues, que los demonios informan al principio fundamental de nuestra alma, moviéndonos la memoria, pues el órgano es, en ese momento, mantenido inactivo por el sueño. Debemos saber cómo se produce ese movimiento de la memoria. ¿Será, acaso, por medio de las pasiones? Esto es evidente, pues el que es puro y está libre de pasiones, no pasa por cosas similares.”
Aunque hoy sabemos que nuestros circuitos neurológicos tienen “efecto memoria” y pueden hacernos revivir situaciones ya experimentadas, no por ello podemos quitar mérito a la capacidad de observación y discursiva de nuestro buen monje. Nos pone, así, un ejemplo a seguir: la observación de nosotros mismos y de nuestro entorno nos permite llegar a conclusiones que la ciencia académica puede tardar siglos en descubrir.
Pero no solo eso. Nos pone sobre aviso acerca de la importancia de borrar esos “registros” y/o de evitar que se produzcan. No dice explícitamente como ha de hacerse, pero apunta lo siguiente: “Pues puede suceder que nos acordemos del agua ya sea que tengamos sed o no, y así sucede que nos acordamos del oro ya sea con codicia o sin ella. Y lo mismo sucede con el resto. Sin embargo, el hecho de que encontremos dichas diferencias entre las variadas fantasías, es un indicio de su artificiosidad.” En aquellos tiempos era habitual aludir al ayuno, la abstinencia, el sacrificio, la limosna o la oración, como las herramientas más adecuadas para luchar contra las tentaciones y el propio Evagrio y otros Padres lo recomendaban. No andan lejos de la verdad, aunque los siglos posteriores se hayan encargado de tergiversar el fondo de la cuestión. Es evidente que una cierta disciplina, entendida como sistemática en el comportamiento, una cierta austeridad en nuestra forma de vida, etc., ayudan a que, por ejemplo, no tengamos sed cuando nuestro cuerpo no necesita agua. Tampoco es descabellado pensar que la oración o las técnicas meditativas puedan “descargar” los circuitos neurológicos y evitar la actuación incontrolada de la memoria.
Un poco más adelante, nos dice Evagrio, hablando de la ira:
“Nuestra irascibilidad, cuando se mueve contra natura, coopera en mucho con los objetivos que los demonios se prefijan, tornándose así utilísima para cualquiera de sus engaños. Por tanto, éstos no se hacen rogar para accionarla, de día o de noche. Y cuando la ven contenida por la humildad, en seguida la liberan con buenos pretextos, y así, tornándose violenta, ésta sirve a sus pensamientos bestiales. Es necesario, pues, no excitarla con ningún objeto, ni justo ni injusto, evitando poner en mano de quien nos sugestiona, un arma funesta, como sé que muchos hacen, aferrándose más de lo necesario a fútiles pretextos. Por cierto, dime, ¿por que eres tan combativo? ¿No has despreciado ya manjares, riquezas y gloria? ¿Por qué crías a un perro, si has manifestado no poseer nada? Si éste ladra y se echa sobre la gente, es claro que es porque uno tiene algo y quiere defenderlo. Y estoy bien seguro de que un hombre así está alejado de la oración pura, porque sé que la irascibilidad destruye esta oración. Y me asombra que olvides también a los santos, mientras David grita: Cesa en tu ira y deja la cólera (Sal 36:8). Y el Eclesiastés recomienda: Aleja la cólera de tu corazón, y quita la maldad de tu carne (Qo 11:10), mientras el Apóstol nos ordena elevar, en todo tiempo y lugar, manos puras sin iras ni disputas (1 Tm 2:8). ¿Y por qué no aprendemos de la antigua y misteriosa costumbre de echar fuera de casa a los perros en tiempo de oración? Ella nos demuestra, alegóricamente, cómo no debe existir cólera en el que reza.”

El texto lo dice todo y no precisa más comentarios, como no sea llamar la atención sobre esa trampa tan artera que se presenta ante quienes tratan de avanzar por el camino de la espiritualidad, centran su desapego en las cosas materiales, en el amor preferencial y, sin embargo, creyéndose poseedores de la Verdad, se alteran ante la injusticia, la violencia, el robo, la barbarie, etc., cayendo en la burda trampa que el demonio de la irascibilidad les tiende.
Habrá quien traiga a colación la escena del Maestro expulsando a los mercaderes de los alrededores del Templo. Pero tendría que preguntarles: Si ya Cristo se refirió al Templo como a sí mismo diciendo que lo “destruiría” y lo edificaría de nuevo en tres días, ¿no se estaría refiriendo de nuevo a Sí mismo cuando expulso a los mercaderes del entorno del Templo? ¿No serían los mercaderes los vínculos que atan nuestro cuerpo a este mundo material? ¿No nos estaría diciendo que debemos retirar esos enlaces a la vida mundana, aunque fuera de forma algo brusca?



Quedad en la Paz de Dios

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