HESICASMO

Bienvenidos. Este es un blog dedicado a la espiritualidad y, en especial, al hesicasmo, la vía mística de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
En la columna de la izquierda se incluyen textos sobre el hesicasmo (fundamentos, práctica, historia, biografías, frases para meditar, etc.) En la columna de la derecha se presentan mis meditaciones y aportaciones, modestas aportaciones, a esta vía mística. Os agradeceré vuestros comentarios que, a buen seguro, nos harán bien a todos.
La Paz de Dios sea con todos nosotros.

¿Ya os habéis olvidado?

HAITI: más de 500 muertos por cólera. El Servicio Andaluz de Salud está preparando atención médica, aquí en España, para varias decenas de niños haitianos. Algunas ONG's están recogiendo fondos para cubrir los gastos de viaje y estancia de padres e hijos. Y ¿tú que haces?

domingo, 7 de febrero de 2010

La Gracia Salvífica

Las Lecturas de hoy Domingo, 7 de Febrero de 2010, son todas ellas unitarias en la doctrina que nos trasmiten. En efecto, con ligeros matices diferenciadores lo mismo se plantea en la primera (Isaías 6,1-2.3-8.) que en la segunda, primera carta de Pablo a los Corintios, o en la pesca milagrosa de Genesaret. Es habitual que nos centremos en el carácter de pescadores de hombres, pero aún siendo una interpretación positiva, juiciosa y justificativa de la misión evangelizadora de todo cristiano, cabe otra interpretación muy potente por cuanto pone al alcance de todos nosotros la Salvación. Veamos las lecturas.

Primera Lectura

El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y uno gritaba hacia el otro: "¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria". Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: "¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!". Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. El le hizo tocar mi boca, y dijo: "Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado". Yo oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Yo respondí: "¡Aquí estoy: envíame!".

Segunda Lectura

Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto. Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. En resumen, tanto ellos como yo, predicamos lo mismo, y esto es lo que ustedes han creído. (1 Corintios 15,1-11)
Evangelio

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes".Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemossacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron. (Lucas 5,1-11)

Interpretación

Podemos atribuir a la mentalidad oriental la cita de los serafines y el hecho de que las orlas del manto divino ocuparan todo el Templo. Pero ¿qué significa que los serafines tuvieran seis alas y que un par les sirviera para tapar su rostro (sus ojos) y otro par sus pies y que finalmente el par restante les sirviera para volar? Los ojos y los pies no son sino una característica material propia de los hombres: los ojos son la mente analítica del hombre y sus pies son su componente material, exclusivamente animal que le mueve por este mundo. Las alas reflejan aquello que nos acercaría a los serafines: el espíritu es lo que, sin renunciar a la naturaleza humana nos “permite” estar en presencia de Dios. En las tres lecturas el protagonista se da cuenta, en un acto fundamental de humildad, que es indigno en su estado primitivo de “ver” a Dios ("¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!"; “Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto. Porque yo soy el último de los Apóstoles(…)” y "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador") y sin embargo en los tres casos y de una u otra forma actúa la Gracia Salvadora de Dios. En el pasaje de Jeremías la Gracia actúa por medio de la brasa portada por un querubín. En la segunda lectura el propio Pablo lo indica explícitamente: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.” Y en el caso del Evangelio es el propio acto de Jesús el que les aporta la Gracia Divina, reflejada en la sobreabundante pesca, cuando antes y a pesar de todos sus esfuerzos, no habían capturado ni un pez.

Puede parecer que hagamos lo que hagamos la Gracia de Dios actuará si a Él le place, con lo cual llegaríamos a la conclusión equivocada de que una conducta disoluta, pecaminosa o simplemente indiferente puede llevarnos a la Salvación lo mismo que le pueda pasar al justo. Nada más lejos de la verdad. Isaías lleva una vida dedicada a ser, lo que por Andalucía decimos, “buena gente”. Pablo había sido todo lo contrario perseguidor acérrimo de cristianos, pero al final llega la Gracia y alcanza la salvación lo cual no le exime de un esfuerzo a posteriori. Pues bien, es precisamente en el caso de la ardua faena fallida de la pesca, después de diversos intentos, cuando llega Jesús y les da la “pista” de la Salvación. En todos los casos, antes o después de lo que podríamos llamar Iluminación como antesala de la Salvación, es indispensable el trabajo propio del hombre.

Resumiendo no hay Salvación sin esfuerzo, pero tampoco sin la Gracia Divina.
NOTA: La representación de los serafines difiere de la de los querubines precisamente en el número de pares de alas, tres para los primeros y dos para los segundos. Debemos tener claro que se trata de una mera representación para los seres humanos y que aunque pueden reflejar unas cualidades, estas sserán siempre de carácter espiritual.

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