miércoles, 2 de junio de 2010
Corpus Christi
Con la celebración del Corpus Christi, irremediablemente me vienen a la cabeza dos palabras contrapuestas: dentro y fuera. Dentro para los cristianos católicos. Fuera para los demás que “no se enteran”. Y resulta que SOMOS NOSOTROS LOS QUE NO NOS ENTERAMOS.
En Wikipedia podemos leer: “es una fiesta de la Iglesia Católica destinada a celebrar la Eucaristía. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de la Iglesia Católica en Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento.” Rememoramos un milagro el sangrado de la Sagrada Forma cuando un sacerdote, dudando él de lo que estaba haciendo, partió la Misma una vez consagrada. Hablamos del siglo XIII
Pero a mí, el Cuerpo de Cristo me trae a la cabeza otro aspecto, más importante aún que el anterior. El Cuerpo de Cristo debería recordarnos, como Él mismo dijo, a un concepto de unidad porque Cristo no dio su cuerpo y su sangre solo por los cristianos, sino por todos judíos y gentiles. En esta época de crisis económica, de valores, de éticas, debería recordarnos que todos, cristianos y musulmanes, judíos y budistas, creyentes y ateos, negros, amarillos o blancos, pobres y ricos, listos y menos listos,… todos somos Uno.
Debemos dejar de marcar diferencias, aunque sean importantes, aunque teológicamente la festividad sea irrefutable. Nadie lo discute. Pero, ¡resulta tan agradable cuando os sentamos todos a la misma Mesa!
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