Vuestra soy, para vos nací:¿qué mandáis hacer de mí? Soberana Majestad, eterna Sabiduría, Bondad buena al alma mía; Dios, Alteza, un Ser, Bondad: la gran vileza mirad, que hoy os canta amor así:¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criastes, vuestra, pues me redimiste; vuestra, pues que me sufriste, vuestra, pues que me llamaste. Vuestra, porque me esperaste, vuestra, pues no me perdí: ¿qué mandáis hacer de mí? ¿Qué mandáis, pues, buen Señor, que haga tan vil criado?¿Cuál oficio le habéis dado a este esclavo pecador? Veisme aquí, mi dulce amor, amor dulce, veisme aquí:¿qué mandáis hacer de mí? Veis aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra palma: mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y aflicción. Dulce Esposo y Redención, pues por vuestra me ofrecí: ¿qué mandáis hacer de mí? Dadme muerte, dadme vida; dadme salud o enfermedad, honra o deshonra dadme; dadme guerra o paz crecida, flaqueza o fuerza cumplida, que a todo digo que sí:¿qué queréis hacer de mí? Vuestra soy, para vos nací: ¿qué mandáis hacer de mí?
Santa Teresa de Ávila (1515-1582), carmelita descalza, doctor de la Iglesia
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